Enrique AzcoagaEscritor
Rafael Botí, rama plástica de su maestro Daniel Vázquez Díaz, compite con la naturaleza oponiéndola mundos expresivos de lirismo confidente. Sus paisajes, sus flores, sus rincones recoletos y calmos, efunden la poesía que es capaz de conquistar el artista, valiéndose de una trama expresiva, donde todo queda dicho de forma fervorosa y rudimentaria. El cordobés desdeña el lenguaje elocuente, y resuelve sus problemas pictóricos con esas «cuatro palabras» en que a veces consisten sus cuadros. A Córdoba quizá le deba, lo que Córdoba tiene de laberinto desvelado.
ARTEGUÍA, OCTUBRE DE 1984.