Angel CrespoCrítico de arte
“Las ingenuas y sabias pinturas de Rafael Botí”
Esto se ve bien en sus cuadros: en sus paisajes limpios, entre ingenuos y sabios (hay en ellos una ingenuidad que, a fuerza de amor y de costumbre, se ha hecho sabia y consciente); en sus interiores y jardines, armónica y parsimoniosamente construidos y, sobre todo, en el color que envuelve y define a unos y otros.
Botí sabe bien que su actitud recatada y perseverante no le va a situar entre los descubridores ni al lado de los simples audaces, pero él se conforma —y nosotros cuando vemos sus cuadros— con saber si amigo íntimo de la pintura y buen amigo de cuantos le amamos sin segunda intención.
ÁNGEL CRESPO
“Artes”, diciembre 1962