Manuel FerrandCrítico de arte
... Botí: la pintura como posible descanso, como distracción, como muestra de una habilidad; cómo espejo, no del entorno sensible o moral, sino del propio artista que se nos ofrece sin artimaña, sin desmesuras, con su evidente carga de limitaciones. Rafael Botí, nos ofrece una noción y un ejercicio del arte sin problemas llamativos, lúdica autocomplacencia, sin más empeño, presumiblemente, que lograr una obra que le gusta y que decora.
Manuel Ferrand
“ABC” Sevilla, mayo 1985