Antonio LeyvaPeriodista
... Rica, variada y jugosa personalidad de Rafael Botí. Es Rafael (en hebreo, "medicina de dios" como Javier Rubio recuerda en emocionado trabajo) pintor de sabias lentitudes, de pausadas "orquestaciones" de dicción mesurada. Es la suya una visión angélica, sorprendida, limpia, luminosa, de árboles, patios, pueblos, plantas, cacharros, campos... trascendidos por el fervor, por la llamarada del aliento poético, pero también guiada por el entretenimiento, por el encuentro con la esencialidad, por la disciplina de un leguaje que prescinde de la disciplina de un leguaje que prescinde de la retórica para hacerse primordialmente plástico, sutil conscuencia de las planificiaciones constructivas y de sus rigurosas exigencias, que de Vázquez Díaz y de sus rigurosas exigencias o más al fondo, de Juan Gris, aprendiera.
Crónica 3. Noviembre 1987